El ser humano adquiere hábitos cuando aprende y afianza lo aprendido al practicarlo y aplicarlo en su día a día. Por ello, tras la adquisición de nuevos conocimientos, es de suma importancia realizar una bitácora de práctica, de manera que el conocimiento se refleje en el trabajo diario.
El propósito de la práctica
El aprendizaje es un proceso constante y permanente que ocurre en el ser humano a lo largo de su vida; sin embargo, es común que esto se dé espontáneamente en el desarrollo diario de las personas y no esté direccionado hacia lo que realmente se necesita aprender.
En tal sentido, el proceso de aprender de forma consciente es otra cosa, se trata de enfocar el aprendizaje a aquello que puede hacer crecer a una persona profesional y socialmente, logrando transformar el “Saber” en “Saber hacer”.
Aunado a lo anterior está el hecho de que, como bien dice el refrán, “aquello que no se practica, se olvida” y esto aplica perfectamente en la realidad del aprendizaje.
Desde el punto de vista personal y empresarial, es necesario saber qué hacer con aquello que se ha aprendido, ya que el conocimiento sin fines de aplicación no es realmente útil para nadie.
Entonces, el propósito de la práctica en el proceso de aprendizaje no es otro que el afianzamiento del conocimiento y la aplicación de lo que se ha aprendido, para que cada uno sepa cómo puede implementar esta nueva información en su día a día laboral o personal, logrando sacar el mayor provecho posible.
¿Qué es la bitácora de práctica?
Tal como cualquier otro proceso, el aprendizaje ocurre en etapas, es decir, que no se trata de un fenómeno o evento aislado en el que mágicamente de pronto sabemos algo, sino que requiere de la consecución de varios pasos para que se lleve a cabo con éxito.
Un ejemplo muy sencillo surge cuando los niños aprenden a caminar, en ese momento ocurre un proceso fácilmente apreciable para cualquiera.
En primer lugar, el pequeño recibe del entorno y de su propio cuerpo la información de que es posible caminar, gracias a que sus piernas están diseñadas para ello y comprende que caminando puede lograr muchas más cosas que gateando, por ejemplo.
En esa fase ocurre la aparición de ese conocimiento; sin embargo, aun el proceso de aprendizaje no está completo, por lo que surge la siguiente etapa, que es la práctica.
En esta etapa, el pequeño convierte el “saber” en “saber hacer” y afianza su conocimiento recién adquirido implementándolo en su vida diaria, dejando atrás sus viejas costumbres de gatear o rodar y sustituyéndolas por la marcha, de manera que saca el máximo provecho a este aprendizaje.
Además, el aprendizaje no se detiene allí, aún resta otra etapa que veremos más adelante.
En A-Sentir abordamos esta etapa a través de algo que hemos denominado bitácora de práctica, en la que de forma individual se llevan a cabo ejercicios orientados a la aplicación de lo aprendido en el rol que desempeña cada persona.
Además, cada uno realiza lecturas que le orientan sobre cómo puede aplicar estos conocimientos adquiridos en su día a día, sacando el mayor provecho de ello.
Esta actividad es posible gracias al trabajo de A-Sentir, en el que se estudia la forma en que el aprendizaje sistémico puede beneficiar a una organización o persona, partiendo de las necesidades que se han identificado y acompañando a los participantes durante todo el proceso para proporcionarles aquello que requieren.
Este proceso se realiza individualmente, de forma que la persona puede poner en práctica lo aprendido de acuerdo con su rol particular, motivo por el cual se lleva a cabo de manera asincrónica, al ritmo de cada una.
Objetivos de la bitácora de práctica
La bitácora de práctica se lleva a cabo con la intención de alcanzar varios objetivos en concreto:
- Convertir el conocimiento adquirido en algo aplicable a la vida diaria de cada persona, logrando cambiar sus hábitos y modificándolos para conseguir la mejora necesaria en su desempeño.
- Afianzar el conocimiento obtenido en los talleres de aprendizaje, de forma que pueda llevarse al ámbito práctico y se convierta en una modificación de costumbres que prevalezca en el tiempo.
- Ayudar a transformar el “saber” en “saber hacer”, con especial atención al término “hacer”, llevando todo de la teoría a la práctica.
- Fomentar la implementación del conocimiento de manera individual aplicando estrategias personalizadas, de forma que cada individuo pueda sacar el mayor provecho del proceso y se enfoque en la aplicación de lo aprendido a su rol en la organización.
En A-Sentir apostamos por el aprendizaje sistémico como forma de crecimiento personal y empresarial, partiendo de necesidades colectivas y brindando soluciones que al aplicarlas de manera individual puedan generar el progreso organizacional o particular deseado.
Esto significa que aunque la necesidad pueda parecer colectiva, las soluciones se aplican en primer lugar al individuo y luego a nivel grupal, considerando que el proceso de aprendizaje debe llevarse a cabo por etapas y cada una de ellas tiene un enfoque particular.
¿Qué constituye la bitácora de práctica dentro del proceso de aprendizaje sistémico?
La bitácora de práctica constituye la segunda etapa dentro del proceso de aprendizaje sistémico, en la cual se afianza el conocimiento obtenido durante los talleres.
Esto implica que los talleres de aprendizaje corresponden al “darse cuenta” del proceso, mientras que la bitácora de práctica constituye la etapa de experimentación de nuevos hábitos, fomentando el “aprender consciente”.
En las bitácoras de práctica es posible llevar a la realidad de cada persona el conocimiento obtenido, de forma que pueda conocer la utilidad que tendrá el proceso para su vida y todo lo que puede mejorar a partir de ello.
Esto implica brindar a cada persona el poder para alcanzar los objetivos individuales u organizacionales a partir del conocimiento, llevando a cabo procesos de aprendizaje sistémicos en los que el ser humano y sus capacidades son los protagonistas.
Finalmente, queremos que sepas que en A-Sentir creemos en potencial de cada persona y nos enfocamos en darle las herramientas necesarias para aprovecharlo al máximo.