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Llevar a la práctica diaria lo que se ha aprendido en las fases de adquisición de conocimiento no sería posible sin la vivencia en equipo, por lo que es imprescindible su implementación en el aprendizaje sistémico.

¿En qué consiste?

Aunque todo puede parecer maravilloso, en la teoría es necesario llevar a lo práctico aquello que se ha obtenido tanto en los talleres de aprendizaje como en la bitácora de práctica.

La idea es realizar una sesión presencial en la que todos participen de forma simultánea y en equipo, conducidos por el líder que habitualmente ejerce sus funciones dentro del grupo de trabajo.

El objetivo principal de la vivencia en equipo es poner en práctica lo aprendido en un día laboral común, utilizando como herramienta aquellos conocimientos adquiridos durante todo el proceso de aprendizaje sistémico.

Vivencia en equipo

Esto permite que las personas dentro del equipo puedan adoptar nuevos hábitos y comportamientos, a través de los cuales generen cierto beneficio tanto individual como colectivo, en pro de la mejoría personal y grupal.

Aunque en principio la vivencia en equipo constituye la tercera fase del proceso de aprendizaje sistémico, en A-Sentir creemos que no se trata únicamente de lo que ocurre en la sesión presencial que se conduce durante la puesta en práctica del método, sino que va más allá de esto.

La idea es que las vivencias naturales del equipo de trabajo y el líder en el desarrollo habitual de sus actividades laborales sirvan de medio para poner en práctica lo que se ha aprendido previamente, considerando que crear un hábito nuevo y olvidar las viejas costumbres no se logra en un día.

Propósito de la vivencia en equipo

Como mencionamos anteriormente, el propósito de la vivencia en equipo es que todos miembros del grupo de trabajo puedan evidenciar en la práctica la mejor manera de aplicar el conocimiento que han obtenido durante el proceso de aprendizaje sistémico.

Vivencia en equipo

La idea es bastante clara y si nos enfocamos por un momento en la esencia misma de A-Sentir, es sencillo descubrirlo.

El aprendizaje sistémico es un proceso que se da de manera lógica y permite que los participantes puedan asimilar conocimientos, desarrollar habilidades y ponerlas en práctica desde lo individual hacia lo grupal.

Cuando el proceso no se cumple de forma sistémica, existe el riesgo de que no sea exitoso, ya que pueden presentarse fallas a nivel de difusión de la información, adquisición de conocimiento o sustitución de viejas costumbres.

En este punto es necesario considerar que cuando las personas no saben o no comprenden lo que pueden hacer con el conocimiento que han adquirido, usualmente lo archivan en la memoria y no lo ponen en práctica, principalmente porque no entienden cómo hacerlo.

En tal sentido, es nuestra misión acompañar a cada uno de los miembros del equipo de trabajo durante el proceso, no para conducir el aprendizaje que “la empresa” u otros desean que las personas logren como si se tratara de una doctrina, sino para ayudarles a implementar aquello que realmente necesitan para crecer a nivel personal y profesional.

Vivencia en equipo

Para lograr lo anterior, partimos del hecho de que cuando un miembro del equipo no ha podido desarrollar su potencial por no tener las herramientas adecuadas para ello, impacta directamente en el grupo de trabajo y retrasa el logro de los objetivos comunes.

Contrariamente, cuando un miembro del equipo desarrolla al máximo su potencial, actúa como agente de cambio, promoviendo lo mismo en el resto de los integrantes.

Ejemplo

Para hacer mucho más claro el propósito de la vivencia en equipo, pongamos un sencillo ejemplo sobre la mesa. Imaginemos que se trata de un grupo deportivo de remo.

En este caso el grupo de trabajo está integrado por 6 personas en los remos y un líder en la proa que guía a los miembros durante su travesía.

Este grupo ha tenido problemas para completar su carrera y aunque cada uno de ellos tiene experiencia previa, nunca han logrado trabajar en este equipo de forma exitosa para alcanzar la meta.

Cada miembro desea remar como cree que es correcto y el líder no logra la integración de todos al equipo de trabajo, de modo que apuestan por emplear el aprendizaje sistémico para mejorar.

El grupo atravesó por las fases de talleres de aprendizaje y bitácora práctica pero estas no son suficientes para completar la adquisición de conocimiento y llevar esto a su desempeño en los remos, por lo que es necesaria la vivencia en equipo.

Con la vivencia en equipo los miembros del grupo de remo podrán poner en práctica aquello que han aprendido y afianzado en las fases previas del proceso. Una vez que logren desarrollar y llevar a cabo estas nuevas habilidades, dejando atrás las viejas costumbres, lograrán completar su travesía exitosamente.

En este punto, puede que te preguntes ¿Ahora qué? Y la respuesta es sencilla: una vez que evidencien que estos nuevos hábitos son la clave para lograr llegar a la meta, comenzarán a implementarlo como una nueva costumbre, creciendo individual y grupalmente, al grado en que serán más productivos y capaces de crecer, adaptándose al tamaño de las exigencias del desafío.

¿Qué constituye la vivencia en equipo dentro del proceso de aprendizaje sistémico?

Constituye la tercera etapa del proceso de aprendizaje sistémico que A-Sentir propone y quizá una de las más importantes, ya que es allí donde se evidenciará realmente la efectividad en la adquisición del conocimiento.

Además, es la mejor forma de que los miembros del equipo apliquen la implementación de nuevos hábitos en su día a día, dejando atrás las viejas costumbres que les impedían alcanzar los objetivos individuales y colectivos.

¿Cómo se logra una vivencia en equipo exitosa?

Para que el proceso pueda llevarse a cabo exitosamente, es necesario considerar algunos aspectos claves que deben aplicarse durante esta fase.

  1. Es completamente necesario realizar los talleres de aprendizaje y las bitácoras de práctica, ya que en caso contrario no será posible lograr con éxito la vivencia en equipo.
  2. Es necesario depositar confianza tanto en el líder como en los miembros del equipo, dando a cada uno el valor que merece dentro de la vivencia laboral cotidiana, promoviendo el sentido de pertenencia y compromiso de todos con la empresa o emprendimiento.
  3. Todos deben participar en el logro de objetivos individuales y comunes para alcanzar el éxito.
  4. La comunicación es la clave de una buena vivencia en equipo, desde el respeto y la confianza.
  5. Establecer un sistema de resolución de conflictos que permita seguir adelante a pesar de las adversidades, tomando en cuenta que es imposible lograr objetivos sin que se presenten ciertos obstáculos en el camino que deben superarse.